Por Mátalas Callando
Los primeros meses de la administración de la alcaldesa de Naucalpan, Angélica Moya no han sido nada sencillos, todo lo contrario, aunque ella y todo su equipo sabían que se enfrentaban a un municipio totalmente devastado, saqueado y herido de gravedad, jamás imaginaron la profundidad del boquete financiero, cualquier pronóstico nada tenía que ver con la realidad.
A punto de cumplir su primer año de gestión, la panista ha tenido que superar diversos obstáculos, el primero los recursos económicos que eran inexistentes en las arcas municipales y en segundo lugar la corrupción que dentro del ayuntamiento imperaba. No podemos decir y mucho menos nos atreveríamos a señalar que ese cáncer ha sido arrancado desde sus raíces, para nada, aún queda muchísimo por hacer sobre todo con los policías y de pasada con los inspectores de vía pública.
En una transmisión de cabildo escuché decir a Moya Marín que, efectivamente, la administración que le antecedió a Patricia Durán –la de Edgar Olvera-, le entregó un municipio sostenido con alfileres, pero que nadie le podía quitar el honroso lugar a la morenista de haber sido ella quién se los quitó y hasta agregaría también se los robó.
Entrando…entrando a ocuparse de la administración la presidenta municipal tuvo que enfrentarse a una realidad, no podía comenzar con el cobro del predial porque se carecía de sellos fiscales, debido a las cuentas embargadas por el SAT consecuencia de las irregularidades registradas, laudos y la falta de pago a proveedores.
Y así podemos continuar mes con mes. Siempre aparecía algo nuevo desde préstamos bancarios sin liquidar hasta fondos inmovilizados también por el Sistema de Administración Tributaria del Fideicomiso del Sistema Municipal de Microcréditos por 23 millones de pesos, debido a la pésima administración de Durán Reveles.
Podríamos extendernos, son tantas que hasta asco da, pero lo que es peor, saber que tanto el Poder Judicial mexiquense como el OSFEM tienen el balón en su cancha y no mueven un dedo.
Mientras tanto, los naucalpenses que no entienden razones y mucho menos explicaciones demandan resultados inmediatos sin tomar en cuenta que para contar con presupuesto primero hay que convencer a los inversores de que esta nueva administración está muy lejos de parecerse a lo que Morena fue, es y seguirá siendo.
LOS ENEMIGOS DE MI ENEMIGO, MIS AMIGOS SERÁN
El velo del suspenso ha quedado totalmente abierto y digamos que no hubo sorpresa alguna.
El primero en salir al ruedo fue el legislador panista, Enrique Vargas del Villar; le siguió la delincuente electoral, la morenista Delfina Gómez y el fin de semana pasado, el PRI anunció que Alejandra del Moral renunciaba a la Secretaría de Desarrollo Económico estatal para hacerse cargo de la coordinadora por la Defensa del Estado de México, ahora así se les dice a los virtuales candidatos, coordinadores, quienes se pasan la ley electoral por el arco del triunfo y encuentran una y mil maneras de disfrazar sus campañas anticipadas. Los tres están en el mismo caso.
Los demás suspirantes, sólo son eso, porque la verdadera contienda estará entre los tres mencionados, aunque los mexiquenses esperan que sean quienes los salven de la desgracia que significaría Morena en el Estado de México y de lo que representa adueñarse de la entidad con más electores en el país.
Pero les tengo una maravillosa noticia, ninguno de ellos los salvará, serán los propios mexiquenses quienes con su voto decidan qué es lo que quieren para el lugar donde viven ellos y sus familias.