Por Alfredo Oropeza

El 15 de abril de 2015, el eterno opositor a los gobiernos “neoliberales”, López Obrador, expresaba su postura sobre el tema de los migrantes que cruzaban el territorio nacional, con aspiraciones de alcanzar los Estados Unidos en la búsqueda de una vida mejor: “Salió el viacrucis migrante encabezado por el padre Solalinde. EPN (Enrique Peña Nieto) en vez de hostigarlos debe garantizarles la libertad de tránsito”.

En ese entonces, López Obrador era férreo defensor del libre tránsito a los migrantes y de garantizarles un trato humanitario, de la mano del padre Alejandro Solalinde quién desde entonces servía de fiel comparsa mediática al servicio del movimiento encabezado por el actual presidente.
A seis años de aquellos dichos, una vez logrado el objetivo de asirse del poder, fiel a su costumbre de contradecirse y mostrarse peor a todo aquello que tanto criticaba, hoy el presidente López ha desdoblado una política inhumanitaria y despiadada contra los migrantes provenientes de Centroamérica, haciéndola de “Border Patrol” o policía fronteriza de Estados Unidos, de manera totalmente servil e incondicional.

De igual manera, aquel Alejandro Solalinde, entonces un religioso sensible y humanitario hacia los migrantes, hoy se muestra ausente y mudo, ante la cruda realidad de la política antimigrante del gobernante al que privilegió serle el más fiel y devoto, por encima de su misión religiosa. Sin duda, entre darle al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios, el padre Solalinde optó por entregarse en cuerpo y alma a López Obrador, por encima de sus “convicciones” religiosas.

Y para muestra más que un botón: en lo que va de su gobierno López Obrador ha sido el presidente mexicano que más ha promovido el uso de la fuerza y la contención contra las caravanas migrantes, provenientes de Centroamérica.

“La política migratoria de López ha llegado al grado de ser más xenófoba que la del propio Trump”, asegura Amnistía Internacional, instancia internacional defensora de los derechos humanos, la cual tiene registro de que al menos a diez organizaciones que defienden los derechos de los migrantes se les ha negado el acceso a las instancias de migración.

“Las trabas administrativas que ha puesto el Instituto Nacional de Migración (INM) a las organizaciones de la sociedad civil, para el ingreso a instancias migratorias devela que la política migratoria del gobierno de Andrés Manuel López Obrador no respeta los derechos humanos y coincide con la propuesta xenófoba del expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump”, afirmó la presidenta de Amnistía Internacional, Tania Reneaum Panszi.

Así lo hemos constatado de manera reciente, la tragedia derivada del choque de un tráiler en Chiapas que dejó como saldo 55 migrantes fallecidos y otros 106 heridos, muestra la fallida política migratoria, así como desatención por parte del gobierno de 4Ta., como lo afirman organizaciones civiles y familiares de migrantes que estuvieron involucrados en el incidente del pasado jueves.

“La falta de acceso a los procedimientos de asilo y regularización migratoria obliga a las personas migrantes a arriesgar sus vidas e integridad en un tránsito cada vez más peligroso”, afirma Ana Mercedes Saiz, directora de Sin Fronteras.

Incluso, el Secretario General de la ONU, António Guterres, lamentó la tragedia y manifestó su apoyo a las personas afectadas por el suceso, urgiendo buscar respuestas de ámbito regional al creciente fenómeno migratorio.

En lo que va del 2021, se han registrado 1,060 vidas perdidas, de las cuales, al menos 650 fallecieron al intentar cruzar la frontera entre México y Estados Unidos.

Mientras tanto, la respuesta de López Obrador a tan lamentable tragedia ha sido la represión y hostigamiento a las caravanas migrantes, tal es el caso de los últimos días, donde más de 500 granaderos de la SSC (que Claudia Sheinbaum “desapareció”) intentaron frenar a la caravana, encapsularla y dirigirla hacia un “albergue”, aun cuando los viajeros buscaban dirigirse a la Basílica de Guadalupe.

En la carretera México-Puebla, policías militares de la Guardia Nacional se enfrentaron con los migrantes que peregrinaban hacia la Ciudad de México. A unos kilómetros de la calzada Ignacio Zaragoza, la caravana migrante se enfrentó también con granaderos de la CdMx. Para tratar de contenerlos utilizaron gas pimienta, mientras que los migrantes lanzaron botellas y piedras, dejando un saldo de 13 policías y cuatro civiles heridos.

En tanto, López Obrador y Alejandro Solalinde, críticos de todo y expertos en nada, siguen en el silencio cómplice, haciendo y solapando todo aquello que antes satanizaban.