Por Alfredo Oropeza
Parece título de una película de “Las Consagradas”, pero así es la estrategia propagandística de López Obrador y su gobierno de 4Ta. En la que día a día y escándalo tras escándalo, implementan una dinámica de distorsión de la información y evidencias, para manipular la verdad a modo y conveniencia.
Cada que surge un hecho de corrupción irrefutable, atribuible a su familia y colaboradores cercanos, López y su maquinaria propagandística reaccionan de manera cínica y socarrona, con el enjuague narrativo de que “no somos iguales” y que “aquellos robaban más”.
De esta manera buscan deformar la cruda realidad en el nuevo régimen, donde la corrupción, el influyentísimo y los negocios de cuates, no se han erradicado de raíz, sino sólo se cambió de maceta.
López parece querer justificar y purificar todo acto de extorsión, corrupción y competencia desleal en la asignación de contratos, en favor de familiares y amigos, con el ya tan cascado cuento de que todo acto escandaloso, surgido a la luz, no son más que “intentos de sus adversarios para desprestigiarlo o dañar a su gobierno”.
Pero ahí están Martín, Pío, Felipa, Ramiro, Manuela y Concepción, y en una de esas, hasta los hijos del presidente. En lo que va del gobierno, la familia López Obrador ha salido a la luz por varios escándalos que envuelven al propio presidente en sospechas de corrupción.
El primero fue Pío López Obrador, quien fue exhibido recibiendo dinero del excolaborador del exgobernador Manuel Velazco, David León Romero, para patrocinar la campaña de Morena. A un año del suceso, el Instituto Nacional Electoral acusó a la Fiscalía General de la República de bloquear la información para investigar y fiscalizar los recursos que recibió el hermano del presidente.
Después siguió Felipa Obrador, cuando Petróleos Mexicanos confirmó la existencia de contratos millonarios, adjudicados por la paraestatal en favor de la prima del presidente López. Felipa ha recibido contratos por más de 365 millones de pesos, casos donde omitió mencionar que era familiar del presidente de México, mismo que debió reportarse como dato sensible en el proceso de licitación.
Ramiro López Obrador, recibió un crédito por 1 millón 771 mil pesos por parte de una financiera de la Secretaría de Economía, cuando se desempeñaba aún como Subsecretario en Tabasco. El gobierno federal también le entregó un crédito por subsidios del programa de aseguramiento agropecuario. Pero, en sus declaraciones patrimoniales, el funcionario nunca manifestó esos créditos ni bienes, argumentando que se trataba de información confidencial.
Concepción Falcón, esposa de Ramiro, es señalada por el desfalco de por lo menos 200 millones de pesos en Macuspana, Tabasco. Lo anterior de develó cuando el presidente municipal y los regidores de Macuspana renunciaron a sus cargos por el desfalco al erario municipal; entre ellos, Concepción, quien se desempeñó como segunda Regidora y Primer Síndico de Hacienda del ayuntamiento.
Manuela del Carmen Obrador, prima hermana del presidente, contendió por la reelección como “diputada federal indígena” por un distrito electoral de Palenque, Chiapas, ¡sin ser indígena! El TEPJF ratificó su candidatura al considerar que cumplió con “la autodescripción y el vínculo con la comunidad indígena”, a través de una constancia expedida por el Secretario del Ayuntamiento; sin embargo, Manuela del Carmen ni es indígena, ni habla una lengua indígena, ni tiene ascendencia indígena.
Por último, la estrella del momento, Martín López Obrador, quien también fue exhibido en un video recibiendo 150 mil pesos de David León Romero, para “financiar la campaña” de Morena. Al igual que Pío, en el video se describe que los hermanos recibieron cantidades mensuales que entregarían directamente a Andrés Manuel, en fajos de dinero en efectivo que nunca fueron reportados ante el Instituto Nacional Electoral (INE).
Así los López y los amigos del presidente, aun evidenciados en actos de corrupción, extorsión política o influyentísimo de negocios con el gobierno, siempre tendrán una justificación y absolución a todos sus pecados. Pues al final, la maquinaria propagandística del gobierno los colocará en el escaparate de los mártires de la Cuarta Transformación, por el sólo hecho de ser parientes y amigos de AMLO; lo cual, los hace objeto de un ataque obsceno y desmedido, con el único objetivo de dañar la pureza y castidad de López Obrador.