Muchos días lo pensó el ex presidente municipal panista, José Luis Reveles Durán antes de salir a tratar de apagar el sol a escupitajos tras los señalamientos que hizo hace más de 15 días la alcaldesa de Naucalpan, Angélica Moya Marín, en relación a la compra que realizó de una máquina asfaltadora por una cantidad cercana a los 50 millones de pesos –muchísima lana si tomamos en cuenta el año-, y que le fue entregada dos días antes de concluir su administración (2006-2009).


Lo curioso en este asunto es que la actual titular municipal no cuestionó jamás la adquisición de ese elefante blanco por parte del saltamontes Durán Reveles, hermano de la asalta arcas, Patricia Durán, sino el hecho de que ha servido durante muchísimas administraciones para desviar recursos y como era de suponerse no sería la excepción la morenista que a lo largo de tres años se sirvió con el cucharón pozolero.


José Luis Durán, quien perdió gachamente en las pasadas elecciones al competir por el distrito 29 con las siglas del PVEM, alcanzó apenas el 2.98% de la votación, es decir, escasos 4 mil 710 votos, eso sí que es para avergonzarse y demostrarle que políticamente está muerto, así que lo mejor que puede hacer después de eso es permanecer chitón.


Reprocha a las administraciones anteriores, desde la de Azucena Olivares, su sucesora, hasta la Edgar Olvera, predecesor de Patricia Durán, el no haber aprovechado lo que considera una increíble máquina casis casi la panacea para acabar con los baches de Naucalpan, ya que, a su decir, es una máquina ecológica que recicla pavimento de la más alta tecnología. ¡Ah sí ajá!


En esta lista de negligentes por no utilizar semejante maravilla, olvida a su adorada hermanita menor, quien vaya que le sacó provecho a la ahora chatarra arrumbada en el predio La Victoria, pero no para tapar agujeros sino para exprimir aún más al municipio al que dejó con deudas por más de 3 mil millones de pesos.


Y es precisamente la “sis” de José Luis Durán Reveles, la está en la cuerda floja, pues según documentó la gente de la presente administración encabezada por Moya Marín, desviaron la nada despreciable cantidad de 6 millones de pesos más para, supuestamente, rehabilitar la increíble máquina y ¡guess what!, sigue arrumbada en La Victoria.


Lo que bien a bien no quedó muy clara fue la intervención del dirigente estatal del partido, José Alberto Couttolenc Buentello, quien hizo un llamado a la presidenta municipal para cumplirle a todos aquellos que le dieron su confianza.


Y yo me pregunto ¿qué pitas toca el tucán en este asunto?; ¿quién es para dar opiniones al respecto? Cuando llegue a ser presidente municipal del más diminuto municipio mexiquense (lo cual obviamente no va a suceder como tampoco se cumplirán sus aspiraciones a la gubernatura del Estado de México) hablamos o cuando sepa lo que es tratar de sacar adelante a una ciudad saqueada completamente, con cero pesos en caja, entonces será un personaje digno de dar opinión, mientras tanto, que continúe sembrando arbolitos. AMMC