ALEJANDRA MUNGUÍA CAMBRÁN
HASTA EN LOS PAYASOS HAY RAZAS. No sé ustedes pero prefiero a un hombre que se viste de payaso a un payaso que durante casi seis años pretendió ser presidente. López Obrador no se cansa de repetir una y otra vez en sus mañaneras (ya faltan menos señoras y señores, si son 98 días de esta administración del terror, hablaremos de unas 70 más), que defiende y respeta la libertad de expresión –tanto como a las mujeres-; sin embargo, ahora utiliza todo su poder para que la UIF investigue financieramente a sus críticos como Carlos Loret de Mola (y hasta la esposa de éste), Víctor Trujillo y la plataforma Latinus, principalmente. En tato, la Fiscalía Federal se ha hecho ojo de hormiga para escudriñar a sus hijitos, a sus hermanos (Pio y Martín) o el dinero del narco utilizado en las campañas; las casas de Rocío Nahle o Manuel Barlett; tampoco a Ignacio Ovalle, quien desfalcó con 15 mil millones de pesos en Segalmex. Bueno hay tantos y tantos que no acabaría. La Unidad de Investigación Financiera también tendría mucha chamba si cumpliera con ella sin recibir instrucciones. Podría comenzar por revisar las cuentas de quienes verdaderamente se han enriquecido en estos años y aquí también hay un buen, pero ya tendría con los hijos de López Obrador, quienes han metido su cuchara en Dos Bocas, el Tren Maya, Pemex y en la adquisición de medicamentos. Es más, ¿por qué no comienza con el mismo López Obrador? ¿De qué vivió todos los años previos a la Presidencia de la República y posteriores a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México? Ésta es una de esas veces en que no se debería de escupir al cielo.
¿Sabían que la deuda que nos va a dejar López Obrador es más grande que el dinero que destinó Ernesto Zedillo para rescatar, no a los bancos sino el dinero de los ahorradores mediante el FOBAPROA? El gobierno de López Obrador aumentó la deuda y al terminar 2024 será de más de 17 billones; es decir algo así como 130 mil pesos por persona, que a decir de Altagracia Gómez -que de graciosa no tiene nada-, la vamos a asumir todos los mexicanos, no sólo los que votaron por Morena, ¡ah sí ajá! El sexenio de Andrés Manuel López Obrador terminará con endeudamiento, poco crecimiento en los ingresos, un presupuesto militarizado y deterioro de las empresas del Estado. De acuerdo con un análisis elaborado por la asociación México Evalúa, califica el desempeño obradorista como de austeridad selectiva y mala gestión. Con respecto al incumplimiento de las metas de recaudación generó recortes en diferentes áreas, como salud, educación y seguridad pública civil, mientras que se incrementaron en la Secretaría de la Defensa Nacional, la Marina y la Guardia Nacional. A pesar de los recortes que se han dado en varios sectores, México Evalúa subrayó que no se ha conseguido limitar el endeudamiento público. Para la asociación, esto se debe a que “el gobierno federal está echando mano cada vez más de la deuda para solventar el gasto público y el mayor problema es que buena parte de este endeudamiento no se utiliza para fines productivos; además, el pago de intereses se está incrementando de forma acelerada”.
LA LÁPIDA QUE CARGARÁ CLAUDIA y ya que estamos en este asunto, uno de los retos de presidenta electa Claudia Sheinbaum, será precisamente ese, la gigantesca deuda en obras y financiera que dejará López Obrador, quien destinó más de 500 mil millones de pesos a cinco proyectos: la refinería de Dos Bocas –que sigue sin refinar-, el AIFA, donde solo vuelan las moscas, el Tren Maya que se descarrila o se “desplazan” los puentes, Mexicana de Aviación y la Megafarmacia, ninguno de los cuales ha dado los resultados esperados. Como es de suponer en la mente sociópata de López, la idea era dejar esos legados para la historia y vaya que lo hará, pero como el peor presidente de todos los tiempos en México. Gran paquete tiene Claudia.