ALEJANDRA MUNGUÍA CAMBRÁN

NO, POS SI ESTÁ FREGONA SU PROTECCIÓN. Alejandro Martínez, periodista asesinado el domingo pasado en Celaya, Guanajuato contaba con protección del gobierno federal ante las amenazas que había recibido en una ciudad en el que la violencia se ha incrementado. Este suceso resalta las continuas agresiones contra periodistas en México y ya López Obrador puede presumir de su nuevo récord histórico en el número de comunicadores asesinados en comparación con administraciones anteriores. Este aumento en la violencia contra la prensa es alarmante y subraya la necesidad urgente de medidas efectivas para proteger a este gremio. Pero la agresión contra los periodistas no es solamente con una bala, la lengua viperina de López Obrador, en cada mañanera, crítica y ataca verbalmente a periodistas. Estas agresiones son motivo de preocupación tanto a nivel nacional como internacional, sobre todo, cuando en esta administración se han registrado más de 3,400 agresiones contra periodistas. Durante las mañaneras, el presidente ha señalado a comunicadores específicos y ha cuestionado su integridad y profesionalismo. Estas menciones han generado un debate sobre la libertad de prensa y la seguridad de los periodistas en México. Definitivamente, estos ataques tienen un efecto intimidatorio y contribuyen a un ambiente hostil para el ejercicio del periodismo. Organizaciones como ARTÍCULO 19 han documentado un aumento significativo en la violencia contra la prensa durante el gobierno del morenista. Durante seis años, no obtuvo logros en materia de seguridad, salud, economía o social, pero en cuanto a muertes es el rey.

LUNES NEGRO. Después de cuatro años va de nuez. El último, ahora penúltimo, lunes negro fue el del 16 de marzo del 2020 durante el inicio de la pandemia de COVID-19, cuando el Dow Jones descendió 12.9%, siendo una de las mayores caídas de la historia. Sin embargo, el pasado 5 de agosto los mercados bursátiles a nivel mundial se vieron afectados. Este fenómeno fue impulsado por varios factores económicos, principalmente el temor a una recesión en Estados Unidos. El índice Nikkei se desplomó un 12.4%, marcando su peor jornada desde 1987; las principales bolsas europeas también sufrieron caídas importantes, con el Ibex de España retrocediendo 2.3%; el DAX de Alemania 3% y en Estados Unidos, el Nasdaq 3.4%, mientras que el Dow Jones y el S&P 500 también registraron pérdidas significativas. Estos movimientos fueron desencadenados por datos económicos negativos en Estados Unidos y la decisión del Banco de Japón de aumentar las tasas de interés, lo que generó una fuerte apreciación del yen y afectó a los exportadores japoneses. Como es de suponer México no fue inmune, a pesar de que López Obrador ha intentado tranquilizar a la población, afirmando que las finanzas están “muy fuertes” y que el país tiene reservas suficientes para resistir la volatilidad. Con el simple hecho de que salga de su boca, es como para poner a temblar a cualquiera. Los impactos se registraron en el índice S&P/BMV IPC que tuvo una caída del 1.80%, cerrando en 51,302.87 puntos, lo que refleja la incertidumbre y el nerviosismo en los mercados globales. El peso mexicano se depreció significativamente, alcanzando un máximo de 20.21 pesos por dólar, un nivel que no se veía desde septiembre de 2022.