Mátalas callando
Con un palmo de narices se quedaron todos aquellos que de manera irresponsable y hasta de mala leche hicieron correr el rumor de la supuesta renuncia de la alcaldesa de Naucalpan, Angélica Moya, razones que iban desde problemas de salud hasta contender por la gubernatura del Estado de México, ya que ésta sería solamente entre mujeres.
Hasta cierto punto puedo entender que aspirantes a comunicadores o propietarios de páginas chafas en redes se hayan dedicado por meses a propagar el infundado rumor; de hecho, hay que recordar que desde que Moya Marín andaba en campaña hubo quienes afirmaron que estaba tan enferma que abandonaría la contienda y no sólo no lo hizo, sino que ganó.
Entonces, nada me sorprende, que chaquetos hayan corrido semejante disparate, pero ya que periodistas de la talla de Dario Celis le diera cabida y siguiera el juego, si está de locos de atar o a lo mejor los ceros en el cheque fueron suficientes para que el quemón valiera la pena.
Sin embargo, hay algo que los periodistas deben cuidar y es la credibilidad en sus dichos y en sus hechos o por lo menos así lo ve quien esto escribe.
Me salí un poco del tema, por lo que lo retomaré. Ahora de nueva cuenta hicieron correr el chismarajo asegurando que la presidenta municipal de Naucalpan presentaría su renuncia el 15 de septiembre y no sólo no fue así, sino que se ve a una gobernante cada vez más fuerte, más madura y más centrada, con los objetivos bien establecidos, en el trabajo que hay que realizar.
Fueron varios meses en el limbo, en la incertidumbre; resultado de los problemas financieros con los que encontró al ayuntamiento y ahora que comienzan a solucionarse, la administración también empieza a tener dirección.
Claro, nunca será lo mismo porque por mucho flujo de efectivo que comience a circular, las necesidades de los naucalpenses son enormes, resultado de años de abandono por parte no sólo de la pasada administración de Morena, la cual, definitivamente se llevó las palmas, sino también de gobiernos priistas y panistas.
Ya saben que los seguidores del mesías bananero siempre salen con el choro mareador de los prianistas también robaron y eso es seguro, no podemos decir que no, pero tampoco nadie puede negar que una Azucena Olivares, un David Sánchez Guevara y hasta un Edgar Olvera fueron kínder almendrita junto a Patricia Durán.
Hay muchas cosas que aún hacen falta para que la administración de Moya Marín se consolide, pero, en definitiva, lo que le pondría la cereza al pastel sería la detención de Patricia Durán Reveles, ya que delitos por los cuales meterla a la cárcel sobran. Claro, las denuncias están hechas que es la parte que le corresponde a la alcaldesa de Naucalpan y ahora todo está en manos del sistema judicial y ahí es donde la puerca tuerce el rabo porque para nadie es desconocido que de rápida y expedita la justicia nada tiene y tampoco podemos pasar por alto que mientras la protección continúe a la exalcaldesa morenista poco se podrá hacer.