Por: Alfredo Oropeza

“No afecta ir a la cárcel cuando uno es inocente” -López Obrador.

Con el devenir de los años y asentándose como el todo poderoso, con un Fiscal de la República pelele, una Unidad de Inteligencia Financiera sirviendo de Santa Inquisición y un Poder Judicial cada vez más subyugado, López Obrador viene develando su verdadero ser y desenmascarando su verdadero rostro: un ser intolerante, vengativo, autoritario, tiránico, ensimismado, megalómano, mitómano y desequilibrado.

Al fiel estilo de Nicolás Maduro o Daniel Ortega y de todo el catálogo de dictadores, López Obrador ha iniciado la cacería de políticos opositores a su régimen, valiéndose de sus fieles sirvientes en la Fiscalía y la UIF, para excavar y manipular expedientes, buscando el mínimo pretexto para encarcelar a políticos que se atreven a hacerle frente y encararlo, por su desempeño mediocre y el fracaso de su gobierno.

Cómo el presidente de Nicaragua, el de México también pretende negar tener presos políticos, sino políticos presos; o como el de Venezuela que hoy tiene a 266 opositores en prisión; o como Evo Morales que encarcelaba a rivales políticos, por odio personal.

Ante los señalamientos del uso faccioso del Estado, para perseguir, hostigar y fabricar presuntos delitos, en contra de aquellos actores políticos que representen una crítica férrea a su gobierno de 4Ta., así como una oposición relevante y posibles contendientes serios para las elecciones presidenciales, en la forma, López revela el fondo de sus intenciones.

A un negando estar instruyendo la embestida contra los políticos incómodos para él, en sus comentarios involuntarios, surgidos desde la visera y disfrazados con frases coloquiales y dicharacheras, enmarcados con su sonrisa burlona y socarrona, López Obrador devela que en el fondo de estas acciones está el odio, la venganza y la intolerancia. Al señalar que estos casos deben “servir como lección para esos políticos jóvenes y aprendan a no encaramarse”.

No conforme con sus desafortunados comentarios, el presidente finalmente reafirma las verdaderas intenciones que tiene en contra de sus opositores, con el mal intencionado comentario: “no afecta ir a la cárcel cuando uno es inocente”; ergo, el presidente pretende encarcelar a inocentes por su condición de liderazgo social o político. Finalmente, remata diciendo: “cuando uno es inocente, la cárcel fortalece”, claro en tanto quita del camino a todo rival y opositor hacia 2024.

Tras las elecciones del 6 de junio y con la pérdida de la mayoría calificada en la Cámara de Diputados, el presidente López se encuentra paranoico y desquiciado, conforme pasa el tiempo y el fracaso de sus políticas son evidentes e injustificables, sus cálculos no le dan para brincar el 2024 e imponer o imponerse, para dar continuidad a su régimen mediocre y fracasado.

Por ello pone la pierna dura y comienza la articulación de estrategias para desactivar y anular toda oposición o personaje político incómodo. Fiel al manual del dictador, López está dando banderazo a la persecución política en México.

No es de extrañar la amenaza velada que ha lanzado López Obrador, en contra de los dirigentes opositores que recién presentaron una denuncia ante la Organización de Estados Americanos y la Comisión Internacional de Derechos Humanos, por la intervención del crimen organizado en el pasado proceso electoral y el uso del aparato judicial para la persecución de opositores: “que tengan cuidado nada más, no vaya a ser que estén involucrados en el caso de Genaro García Luna, que anden con cuidado”.

Acto seguido, probablemente sus serviles de la FGR ya están rascando y fabricando acusaciones de “testigos protegidos”, para iniciar procesos judiciales en contra de los opositores en turno.