Por Alfredo Oropeza
“Genio y figura hasta la sepultura”, como bien reza el conocido refrán popular, un López Obrador ocurrente, encaprichado y desequilibrado, despilfarra el tiempo, los recursos y la saliva en pura grilla, menos en lo realmente importante para el país y los ciudadanos.
Como buen merolico y maromero, se esmera en distraer lo más posible a la opinión pública de aquellos temas que trata de ocultar tras el telón de su escenario: La inseguridad galopante en todo el país y el dominio de vastas zonas, por parte de los carteles y crimen organizado; las lamentables cifras récord de los 318,458 “muertos de Obrador” –24 masacres en lo que va del sexenio, más de 87 mil homicidios y los más de 231 mil fallecidos por el mal manejo de la pandemia–; el abandono del sistema de salud, los descuidos en el mantenimiento de la infraestructura del país, el colapso económico nacional, la pérdida de más de 13 millones de empleos, etc., etc., etc.
En su último intento, para desviar la atención de los ciudadanos, el señor López decide apostar a su última carta: La Consulta Popular contra los Expresidentes de México. Un capricho que costará a los mexicanos 528 millones de pesos, que podrían ser más útiles para adquirir los medicamentos muy necesarios para los niños con cáncer o la compra de más vacunas contra el Covid-19, entre muchas otras prioridades más urgentes.
Pero no sólo queda en el costo logístico, también repercute en la distracción de recursos económicos en publicidad y propaganda, que se derrocharán para promover la participación en dicha “Consulta”, más los recursos humanos para la movilización y operación política que tratarán de hacer Morena-Gobierno, en su intentona de lograr la participación necesaria para que el resultado sea valido y vinculante. Que no es menor, pues requieren de la participación del 40% del listado nominal de electores.
La NO PARTICIPACIÓN CIUDADANA es la clave para echar por tierra esta locura despilfarradora del señor López. Pues se requiere: primero, de la participación voluntaria de 287,000 personas, de aquellas que generosamente aceptaron participar como funcionarios de casilla, en las elecciones del pasado 6 de junio; y segundo, que por lo menos participen en dicha “Consulta” 37.5 millones de ciudadanos.
Sin duda, es inútil y ocioso participar en este deplorable espectáculo montado por López Obrador, disfrazado de “democracia participativa”. Pues cualquier pasante de derecho, hasta la Suprema Corte de Justicia, reconocen que la aplicación de la Ley y la impartición de Justicia no se consultan, sino que los poderes públicos están obligados a aplicarlos, sin distinciones sociales, económicas o políticas.
Incluso, en otro acto más de incongruencia, el propio López desvaría y se contradice, ¿pues no es él mismo quien repite (hasta el cansancio) la famosa frase del Benemérito de Las Américas?: “Al margen de la Ley, nada; por encima de la Ley nadie”. Entonces, que se aplique la ley y se haga justicia en las vacas de enfrente; ya que, queda claro que sus copartidarios, funcionarios y aliados políticos, jamás serán tocados ni con el pétalo de una flor, ante sus conocidos actos de corrupción y transgresiones a la ley.
Así pues, ante la necedad caprichosa de López, por facturar a los mexicanos una “Consulta ocurrente, ociosa y costosa”, la mejor respuesta que puede dar la ciudadanía, libre, consciente y “aspiracionista”, es la NO PARTICIPACIÓN en dicho ejercicio. Ni como funcionarios de casilla, ni como votantes.
La NO PARTICIPACIÓN CIUDADANA, en la Consulta Popular contra Expresidentes, será la mejor bofetada al señor López y el mejor desaire de los ciudadanos hacia él, al no prestarse a seguir su juego manipulador y perverso, dejándole en claro que no vamos a engordarle el caldo, en cada una de las ocurrencias que se le vengan en gana.
Wow, que señor Presidente, estuvé temporalmente trabajando en el IEEM coordinando como Capacitadora Electoral Local y en la sección 4845 de Tlalnepantla, fue inminente y avasalladora la votación a favor de Partido Acción Nacional, una mínima, pero muy mínima a favor del PRI, y una participación de votos contados con lis dedos de mi mano para Morena. Fue una votación totalmente transparente.