En tan solo una semana se vio la «eficacia» de la Policía Intermunicipal que presentaron con bombo y platillo los presidentes Tony Rodríguez de Tlalnepantla, Pedro Rodríguez de Atizapán de Zaragoza y Armando Navarrete de Nicolás Romero, toda vez que circularon noticias en las que estos municipios fueron clave:
Primero, fueron dejados dos cuerpos maniatados con un narcomensaje dirigido a mandos de la policía municipal, uno en Nicolás Romero y otro en Atizapán de Zaragoza.
El sábado pasado trascendió el ataque a balazos contra el subdirector de la policía de Nicolás Romero. ¿En dónde? En el centro comercial Mundo E, en Tlalnepantla, fue atacado frente a su familia por sujetos cuando salía del lugar.
Fue hasta después de tres días de lo sucedido, que el gobierno de Armando Navarrete emitió un comunicado condenando los hechos.
¡Ah! y también hace unos meses el mismo presidente de Nicolás Romero pudo haber sido víctima de un atentado en su contra. Lo salvó el no haber ido en el vehículo objetivo, ese que fue baleado.
Y para terminar, anoche a unas cuadras del ayuntamiento de Atizapán, justo en los límites con Tlalnepantla, donde se supone debe lucir con su presencia la Policía Intermunicipal pero no fue así, fue ejecutado un hombre con al menos 11 impactos de bala.
Como siempre sucede: nadie supo ni sabe nada. Llama la atención que es el mismo modus operandi, sujetos en motocicleta se acercan al auto y disparan.
Y dicen que la «plaza» ya se está moviendo.
Así los «resultados» de un operativo que creado -y difundido con bombo y platillo- por tres alcaldes para «combatir» la delincuencia que, como Juan por su casa se pasea en dichos municipios, ejecutando gente sin el menor apuro.