Columna de Alfredo Oropeza / 13 de julio 2020
En el transcurso del cierre de la semana, vecinos, policías, servidores públicos y comerciantes se manifestaron en contra del gobierno municipal morenista de Naucalpan, debido a la desatención a sus demandas, por parte de la alcaldesa y el gobierno que encabeza.
Las manifestaciones se desarrollaron en diversos puntos de Naucalpan, generando bloqueos en la carretera Naucalpan-Toluca (a la altura del Barrio El Castillo), Avenida Primero de Mayo, Vía Gustavo Baz y la Explanada del Palacio Municipal.
Las manifestaciones no son menores, pues giran en torno a la impericia del gobierno para afrontar los dos grandes problemas presentes en Naucalpan: La Inseguridad y la pandemia del Covid-19, ambos desbordados y sin control en el municipio.
Los policías municipales protestaron por las precarias condiciones laborales existentes, en torno a sus prestaciones de ley y la falta de equipamiento ante el Coronavirus. Los elementos se manifestaron contra el aumento de su jornada laboral de 12 a 24 horas continuas, sin contar con seguro de vida y sin el equipo de protección adecuado para recorrer las calles y las colonias, con alto riesgo de contagio por la pandemia.
Tras laborar 108 días con semáforo rojo en el municipio, el gobierno municipal morenista sólo les han proporcionado un cubrebocas y eso sólo al inicio de la contingencia. Mientras que 11 de sus compañeros han fallecido durante el mismo período.
Así también, vecinos del Barrio de El Castillo cerraron la carretera Naucalpan-Toluca, en protesta por la falta de seguridad en la localidad.
Por su parte, comerciantes cerraron la Avenida 1ro de Mayo y el distribuidor vehicular de la misma avenida, en su conexión con la Vía Gustavo Baz, protestando por el retraso en la apertura gradual de la zona centro de Naucalpan.
Principalmente, por la falta de respuesta de la autoridad para establecer un programa de apertura y así poder retomar sus actividades comerciales, para sobreponerse de la afectación económica que vienen sufriendo, desde la suspensión de sus actividades.
Es de agregar la actual inconformidad y protesta que manifiestan el personal sindicalizado, por el retraso en las prestaciones establecidas en su Contrato Colectivo con la administración municipal, la cual ha dejado de proporcionarlas desde el inicio de la contingencia, debido a la crisis financiera que está atravesando el gobierno.
Aunado al despido de cerca de 300 empleados de confianza que laboraban en el ayuntamiento de Naucalpan, debido a la misma situación de insuficiencia presupuestal de la administración.
Así, el gobierno municipal morenista está viviendo con mucha anticipación un período de inoperancia operativa y administrativa, a la mitad del presente año fiscal. Del cual, aún le falta por sortear poco menos de seis meses para solventar las cargas financiaras pendientes, como lo serán: el pago de sueldos, salarios y prestaciones sociales del personal y funcionarios, pago a contratistas y proveedores, pago de pasivos, demandas mercantiles y laborales, pago de gasto fijo, etc.
A la mitad de su gobierno, a la presidenta municipal morenista se le está yendo la gobernabilidad y la administración de las manos. Y con ello, las aspiraciones de reelegirse, ya que si no reorienta el rumbo para sortear el abismo financiero al que se conduce el gobierno municipal, poca será la maniobra para contener la inseguridad, la ausencia de obras y los efectos de la pandemia en la población naucalpense.
Antes de estar pensando en su reelección, en distraer despensas y a servidores públicos (ligados a Ruta 5), en la creación de redes vecinales para construir su “estructura de movilización electoral”, primero debe recordar el compromiso que tiene con los naucalpenses que le dieron su voto de confianza y en aquellas familias olvidadas que están sorteando la Coronacrisis sin el menor apoyo del gobierno, ya sea municipal, local o federal.
Así también, debe mantener su atención y canalizar la mayor parte de sus esfuerzos y recursos, en la atención del gran pendiente que tiene su gobierno (y los anteriores a él) con la seguridad de los naucalpenses, para que no sigan sucediendo tragedias como la sufrida por las familias de los cuatro adolescentes ejecutados en la colonia Alfredo V. Bonfil, el pasado jueves.