Columna de Alfredo Oropeza / 20 de julio 2020
Se cumplen 122 días del inicio de la jornada de sana distancia, debido a la pandemia del Covid-19, en México. En lo que corresponde al municipio de Naucalpan, han sido cuatro meses de desatinos y ausencia del gobierno municipal morenista.
El único acierto, que se podría reconocer al gobierno municipal, es la instalación del “Módulo Covid-19” en la Explanada del Palacio Municipal, desde el 17 abril. El cual, atiende a las personas que asisten con la sospecha de tener malestares o síntomas que podrían indicar haber sido contagiadas por Coronavirus.
Fuera de ello, desde el inicio de la cuarentena (multiplicada por tres), es de sorprender que la primera acción del gobierno municipal fue mandar a todos los servidores públicos a su casa, salvo al personal operativo. Desde entonces, la burocracia municipal se la ha pasado de vacaciones en casa y con goce de sueldo o medio sueldo, dada la entendible justificación de no acudir a las oficinas de trabajo, para prevenir los contagios.
Lo increíble es que, si bien el personal de oficina no puede estar en sus centros de trabajo, tampoco se tuvo una estrategia oportuna para aprovechar todo ese recurso humano, para realizar con mayor amplitud una serie de acciones como:
• La instalación de módulos de información y orientación en diferentes corredores comerciales y puntos de concentración del municipio;
• La adquisición anticipada de implementos mínimos para la prevención de contagios, como gel y cubrebocas, para su entrega permanente a comerciantes, prestadores de servicios y público en general, en los focos de mayor probabilidad de contagios;
• El levantamiento oportuno de un censo de comerciantes de vía pública, de puestos fijos y semifijos, de boleros, de adultos mayores que trabajaban como cerillos en tiendas comerciales, entre otros, para la entrega periódica de por lo menos una despensa (ya que son los más afectados por la parálisis de sus actividades económicas);
• La conformación de pequeñas brigadas de sanitización, no sólo para mercados, iglesias, escuelas, sino también, los corredores comerciales de pequeños negocios en las colonias; y
• Levantamiento de un censo de las pequeñas unidades económicas afectadas, para gestionar el tan presumido apoyo de miles de millones de pesos, por parte del gobierno federal, para los micro y pequeños negocios, entre muchas acciones más.
Lamentablemente, el gobierno municipal morenista actuó con retraso y sobre la marcha, desaprovechando la oportunidad de mostrar un rostro solidario y cercano para con sus ciudadanos. Si acaso, sólo se les ocurrió arrendar una avioneta que todos los días nos recordaba que estábamos en “semáforo rojo” desde el cielo; mientras que, en la tierra la gente salía a hacer sus actividades cotidianas, no por gusto, sino por necesidad.
En cambio, aprovechando la contingencia el gobierno se apresuró para cerrar la cabecera municipal y hacer lo que más le sale bien: hacer obras innecesarias. Y no lo digo yo, lo dice la gente: “¿cómo se les ocurre hacer obra donde no hacía tanta falta, mientras aquí (en sus colonias) las calles están hechas pedazos?” o “¿cómo se les ocurre gastar en donde no hacía falta, mientras nosotros tenemos muchas necesidades por falta de trabajo?”.
Por si fuera poco, se gasta más en lo que no era urgente, mientras que servidores públicos como paramédicos, policías y personal de servicios públicos, tienen que salir todos los días a realizar sus labores, sin el más mínimo apoyo de implementos o equipo de protección para prevenir el contagio de Covid-19.
Eso sí, la inseguridad desatada en Naucalpan y la única estrategia reciente de seguridad, implementada por el gobierno morenista, fue poner a elementos de seguridad a pegar propaganda en postes y paredes de la cabecera municipal, en apoyo a Morena, a López y a su Gobierno de 4ta.
Mientras, Naucalpan supera ya a estados como Querétaro y Zacatecas en número de contagiados por Covid-19, alcanzando ya los más de 3 mil casos, según el último corte de la Secretaria de Salud federal.