ALEJANDRA MUNGUÍA CAMBRÁN

• TREMENDO OSO. El miércoles pasado, de nueva cuenta, trabajadores y propietarios de barberías y bares del Estado de México, se manifestaron en contra de los operativos de la Fiscalía General de Justicia estatal y ¿por qué no? bloqueando Periférico a la altura del Parque Naucalli, dirección a la Ciudad de México, en perjuicio de cientos de automovilistas que no la deben ni la temen. Está genial que demuestren su descontento, están en su derecho, pero sin joder al prójimo, no hay que ser. Acusan, y con toda la razón del mundo, a la Fiscalía de haberles sembrado droga, que resultó en la clausura de más de 300 barberías. Los manifestantes alegan que las autoridades «sembraron» drogas en sus establecimientos para justificar las clausuras y en redes sociales se virilizaron los videos en donde se ve a un cuate arrojando en un bote un pinchurriento paquetito con algo blanco en su interior, con las características de la cocaína, así dicen los ridículos informes policíacos, pero suficiente para levantarles cargos sin realizar investigaciones previas. Pese a su descontento, se han ignorado sus denuncias, mientras que las autoridades insisten en que no existe corrupción en el Operativo Atarraya. Eso de que no hay corrupción está por verse, cuando sabemos que si hay algo podrido en todo el país, son precisamente las policías. La FGJEM informó sobre la vinculación de algunas barberías con actividades delictivas, incluyendo venta de drogas y lavado de dinero. Estas acusaciones dieron pie a que se investigara a elementos policiales acusados de sembrar evidencia en estos establecimientos para extorsionar a los propietarios. Mientras tanto, la gobernadora, Delfina Gómez, respaldó la “Operación Atarraya”, no se esperaba algo diferente ¿verdad? Sin embargo, lo que comenzó como una gran iniciativa ya fue tocada por el halo de la corrupción e ineficiencia.

• NO COMBATEN LA CORRUPCIÓN, LA FOMENTAN. Ya que tocamos ese punto, una de las banderas políticas de López Obrador para ganarse la simpatía de la gente era acabar con la corrupción con una escoba, pues barrería las escaleras de arriba hacia abajo ¿recuerdan? Pues resulta que México cayó 14 lugares en el índice de corrupción, entonces no se combatió, se fomentó y resultó que el gobierno más corrupto de los últimos 5 mandatos fue el de Andrés. De acuerdo con el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) auspiciado por Transparencia Mexicana y Transparencia Internacional, que registra la opinión de especialistas, analistas de riesgo financiero y académicos sobre la corrupción en 180 países; México ocupa la posición 140 de 180 naciones evaluadas en este tema, calificación significó la más baja desde que la organización lleva a cabo esta medición. Según los datos, México se encuentra en una posición crítica; ocupa el último lugar (38 de 38) dentro de las naciones que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. Transparencia Mexicana señaló que hay cinco elementos fundamentales que explican el bajo desempeño del país: incertidumbre sobre reformas anticorrupción y al Poder Judicial; impunidad en casos emblemáticos, entre ellos Segalmex; bajo nivel de sanciones administrativas; corrupción vinculada al crimen organizado y empresas «fantasma» en contratos gubernamentales. Pos así las cosas, ni como echarles la mano.

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