ALEJANDRA MUNGUÍA CAMBRÁN
ES UN TRAIDOR Y MUCHAS COSAS MÁS pero reformar el Código Penal para tipificar y sancionar como traición a la patria las conductas de intervención en el proceso electoral de López Obrador para favorecer a Morena y sus candidaturas es un poco exagerado ¿no creen? Me queda más que claro que el invasor de Palacio intervino en las elecciones y no sólo él, se repartieron muchos millones de pesos para que las cosas así sucedieran, tan sólo los siervos de la nación nos cuestan 3 mil 500 millones de pesos al año. La senadora Xóchitl Gálvez propuso una reforma al Código Penal para tipificar como traición la intervención presidencial en elecciones, buscando garantizar imparcialidad y neutralidad en la democracia mexicana. Entiendo su enojo y desesperación, pero ¿no cree que es too much? Para ello es necesario conocer que es traición a la patria. A mi entender y puedo estar en el hoyo, traición a la patria es una figura delictiva valorada como un ataque a la seguridad nacional. Así, todo aquello que menoscabe la independencia de un estado, que suponga una conspiración contra la autoridad o se oponga a la integridad territorial son ataques al estado y deben ser reprimidos y castigados. Lo cierto es que ningún político ha sido juzgado por traición a la patria, pero si hay algunos que han sido denunciados. Claro que lo investigué no vayan a creer que me lo sé de memoria. Por ejemplo, la Asamblea Popular de los Pueblos del Estado (APPO) presentó una denuncia de esa índole contra el expresidente Felipe Calderón. Y claro, no podía faltar, López Obrador contra Enrique Peña Nieto en el 2014. Y legisladores de Morena interpusieron una contra el entonces gobernador de Michoacán Silvano Aureoles. Y ¿saben qué ha pasado? Nada.
¿DE QUÉ HABLAN? A decir de la virtual candidata electa, Claudia Sheinbaum, el levantamiento de algunas unidades de las Fuerzas Armadas de Bolivia es un atentado a la democracia, ¿de qué democracia no está hablando? Ahora, tampoco podemos decir que echen sus barbas a remojar porque eso no sucederá en México, aquí se han encargado de tenerlos bien tranquilitos a base de billetazos. El apoyo significativo que el presidente López Obrador ha brindado a las fuerzas armadas, incluyendo mayores recursos y responsabilidades, es, definitivamente, una estrategia para asegurar su lealtad y, en consecuencia, reducir el riesgo de un golpe de estado. Al involucrar a los militares en proyectos clave y en la seguridad pública, se crea una relación de dependencia y colaboración que puede fortalecer su posición. Con tanto poder y tanto dinero en manos de las Fuerzas Armadas, se vuelve todavía más difícil que los militares permitan a corto plazo que los regresen a los cuarteles. ¿Van a acatar la orden civil sin resistencias? La respuesta es sencilla: no.
LA SED DE VENGANZA DE LÓPEZ OBRADOR SI ES CAÑONA. Nadie en su sano juicio puede decir lo contario, es más, la misma presidenta electa, Claudia Sheinbaum lo gritó a los cuatro vientos al señalar que ella no buscaba la presidencia por una ambición personal como López Obrador. A lo largo de este terrorífico sexenio ha quedado más que claro que el invasor de Palacio Nacional no llegó a gobernar, porque de hecho no lo hizo, sino a vengarse. Y de verdad, a nadie le gustaría estar en el pellejo de Carlos Loret de Mola, por atreverse a hacer lo que hace un periodista. Nunca jamás había presenciado semejante grado de persecución y de venganza y miren que don Mata fue a pasar unas vacaciones a RENO cortesía del hoy difunto y que seguramente arde en el infierno Jorge Carpizo, pero este nivel de acoso y de gala de poder es inaudito y raya en lo insólito, aun cuando sabe que sus hijos son culpables de lo que se les acusa y jamás ha desmentido ni una coma de ello.