ALEJANDRA MUNGUÍA CAMBRÁN
¡UY QUÉ MALA! Me parece del nabo humillar a cualquier persona y Claudia Sheinbaum está en su derecho de recibir o no a quien le solicite audiencia, pero ya balconear y poner a alguien en el radar de los chairos, si está de la fregada. Más allá de que el empresario (algo que jamás serán el gran grueso de la chairiza), Claudio X. González Laporte sea o no un detractor de la 4T (creo que más lo es su hijo) es una persona importante, un hombre de negocios que da empleos y genera inversiones, pero sobre todo es un ser humano y un adulto mayor. Repito, si la señora no lo quiero recibir, muy su flatulencia y sus razones, nada conciliadores por cierto, tendrá. Balconearlo de semejante manera lo único que demuestra es la clase de persona que es, igual a su jefe, quien durante cinco años y medio se ha dedicado a hacer de sus críticos carne de cañón para sus asquerosas huestes que han llegado a lanzar hasta amenazas de muerte. Claro, van a salir con la evenflonada que no fue ella sino el periódico oficial La Jornada, pero Sheinbaum Pardo les permitió entrar y avisó de la presencia del empresario. Nada más le recuerdo que, arrieros somos y en camino andamos. Algún día, más temprano que tarde, ella será más vieja y así la van a tratar.
ME QUEDA MÁS QUE CLARO. En su momento, Xóchitl Gálvez fue ese rayito de luz que millones de mexicanos necesitábamos para creer que podríamos deshacernos de López Obrador y los nefastos personajes que lo rodean, que no son todos pero si la gran mayoría, y que tendremos que fumarnos otros seis años. Llegamos a pensar que le ganaría a los morenos, cuando en realidad muy en el fondo de nuestro ser sabíamos que eso era imposible, los número jamás le alcanzarían. Lo curioso ahora es que la gente está enojada con ella como ¿por? En redes han dejado de seguirla, de apoyarla, de echarle porras, cuando creo que lo más doloroso para ella y para sus seguidores fue ver rota la posibilidad de sacar al país del hoyo en que lo tiene López Obrador.
LA ESPERANZA ES LO ÚLTIMO QUE MUERE. Claro, el madrazo de realidad fue muy duro y ahora resulta que muchos sabían que Xóchitl no iba a ganar, cuando el apoyo ciudadano era impresionante; ver a miles volcarse a las calles gritando su nombre si era alentador. Ya que hablamos arriba de Claudio X. González padre, nos lleva al hijo, quien verdaderamente ideó la alianza PAN-PRI-PRD y ungió a Xóchitl Gálvez como la candidata de la oposición y ahora resulta que desde siempre supo que no tenía posibilidades de ganar. Es cierto, muchos lo sabíamos, pero acudimos a las urnas con la esperanza de equivocarnos y ya a estas alturas salir con semejante batea de perico es cínico. ¿Quiere decirnos qué solo nos hicimos chaquetas mentales? Él y sus allegados no esperaban que ganará la elección presidencial, pero si mejorar la representación en el Congreso de la Unión y en los estados, lo que tampoco se logró por la abrumadora mayoría de Claudia Sheinbaum. Xóchitl fue la correcta, el error fue de quienes subestimaron a López Obrador y los partido que la apoyaron, porque pegarle el mote de candidata de PRIAN fue como darle un balazo en la cien.